martes, 13 de enero de 2009

PARTE I

INTRODUCCIÓN

Los trabajos referentes a la semiología de la imagen, sobre su lectura, su estructura, sobre las condiciones sociopsicológicas de su emisión o de su recepción son numerosos y muy variados, y han sido emprendidos por diferentes especialistas.
En el presente trabajo hacemos la brega por incidir en la codificación de la imagen destinada a desempeñar un notable papel a nivel de recepción de un mensaje y sobre todo de un mensaje pedagógico. Tanto más cuanto que cada día el hombre moderno recibe un considerable número de mensajes visuales que a menudo le agreden; resulta, pues, conveniente, e incluso urgente, que sea capaz de descifrarlos sino quiere ser pronto un analfabeto en relación a este nuevo lenguaje.
En consecuencia, el primer objetivo de este trabajo de pedagogía consiste en una reflexión sobre la forma en que se puede conducir al alumno hacia una verdadera educación visual que le permita recibir mejor un mensaje, y por este medio obtener rápidamente una comunicación mejor. Así la comunicación prepara el camino a la creación reflexiva y esta pedagogía “activa” hace nacer un nuevo individuo dispuesto a comprender los fenómenos, dispuesto a analizarlos y a utilizarlos.
Cuando decimos colocar al alumno “en situación” quiere decir, que él tiene prácticamente toda la responsabilidad de sus iniciativas, de su organización tanto material como cultural. El profesor sólo interviene para proponer, sugerir, responder a solicitaciones y dar informaciones. Tal autonomía libera al alumno, le da confianza en sus capacidades y progresivamente se impone.
El segundo objetivo de este trabajo de pedagogía estriba en la necesidad del apoyo de una teoría y de una metodología, que la podemos resumir en: presentar al alumno uno o varios métodos de análisis de un corpus que sea simple y eficaz y poner los problemas a su alcance para hacerlos aplicables a una actividad crítica o creadora.
El ideal de una verdadera educación aspira mucho más a proporcionar al alumno unos métodos de investigación y de organización, unos métodos que permiten un trabajo individual y autónomo que una mera suma de conocimientos. Tal pedagogía de la investigación prepara en realidad al hombre adulto.


RESUMEN

En el presente trabajo de Didáctica de la Imagen, explicamos cómo conduce la semiología de la imagen a una pedagogía de la investigación susceptible de llevar al alumno a una cultura más equilibrada, más completa.
Es indiscutible que el icono posee un poder motivador y que transporta una parte importante de nuestra cultura. Por sí solas, estas razones justificarían una enseñanza, siquiera parcial, centrada en la audiovisual. Pero esto no es todo.
La semiología de la imagen establece que toda lectura icónica exige un código de carácter específico. Insistimos en el fenómeno de codificación que, si bien figurativo, no es desde luego inocente. La naturalidad no existe efectivamente porque ésta sea la impresión que tenga el lector. Además, la imagen soporta con facilidad diversas connotaciones que desempeñan un papel esencial a nivel de significación. La pedagogía que se propone, interviene por ejemplo, sobre estos puntos: falsa inocencia y juego de figuras connotativas.
Los alumnos consumen una cantidad cada vez más elevada de mensajes icónicos. Los reciben no preparados, sin posibilidad alguna de descifrarlos convenientemente y por tanto de tener en cuenta la creación auténtica con relación a la alienación, lo original con relación a lo banal.
El papel de preparación, de adaptación y de curiosidad respecto del mundo contemporáneo corresponde a la escuela; ésta es la que debe conducir al alumno a una recepción lúcida.
Los códigos puestos en juego para la elaboración de la imagen no siempre obedecen a reglas estrictas. El alumno y el educador hallan aquí un material propicio para una investigación común. En efecto, este código abierto no admite aún el dogmatismo. Así en la clase nadie puede jactarse de un saber bien afirmado.
La semiología subraya el fenómeno de comunicación, mostrando que todo acto creador liga a un emisor y a un receptor; el sentido nace de una interacción entre los dos, la comunicación añade allí una regulación o feedback. Pero la imagen se inserta muy a menudo en un proceso de información en donde el emisor posee un poder sobre el receptor, hallándose multiplicada su potencia por los medios de comunicación de masas.
El educador debe, pues, favorecer las circunstancias de intercambios a fin de eliminar situaciones frustrantes. Debe inducir al alumno a componer sus propios mensajes para que una experiencia suficiente le conduzca a una comprensión del acto de creación y, en consecuencia, a una recepción mejor.
Ninguna información es gratuita. Satisface unos intereses elogiables o no. En estas condiciones es bueno también que el alumno pueda reaccionar en el seno de los grupos de manera que desmitifique el papel de la imagen para situarla en su lugar preciso. En equipo es más apto para analizarla mejor porque se comunica realmente. Advierte que su expresión sobre la imagen no es la misma que la de su vecino. Cuando manipula o crea mensajes comprende aún con mayor claridad que los otros difieren de él por una cultura que no se asemeja completamente a la suya. A partir de ahí adquiere una apertura de espíritu, se enriquece con los conocimientos de los demás y les aporta los suyos.
Así debemos tomar en consideraron una pedagogía en donde se halle favorecido un tipo de comunicación centrado en la atracción de un descubrimiento. La imagen, aún poca estudiada en clase, proporciona muchas ocasiones de investigaciones subyacentes. Además, por mediación de ella el alumno capta los hechos sociales de su época. Adquiere un saber metodológico y práctico.
De aquí se deduce que la enseñanza icónica puede ser superada, pues sus principios permanecen válidos y se adaptan a muchos otros campos. De tal manera se encuentra neutralizada la posible amenaza de un fanatismo de la imagen y reducida a sus proporciones justas la enseñanza por medio de lo audiovisual.
Se plantea que una pedagogía de la investigación es la solución al fracaso escolar, se muestra que el alumno puede acceder a un saber–aprender mediante unas investigaciones que le motiven y le hagan autónomo y responsable.
En una época en que la imagen invade nuestro universo, es preciso descifrarla para apreciarla pero también para defenderse de ella; es igualmente necesario que el alumno produzca sus propios mensajes a fin de dominar todas las etapas que conducen al sentido. Esta enseñanza, abierta al mundo contemporáneo más acuciante –lo audiovisual- prepara al ciudadano de mañana a través de unos trabajos en grupo que sitúan al alumno en posición de investigador, en donde se apropia de los métodos, participa según su propio ritmo, toma conciencia de las complementariedades, respeta a los demás a través de la tolerancia mutua.
Se analizan cinco tipos de imágenes fijas. En la primera parte, se distinguen las imágenes no secuenciales: la imagen fotográfica, la imagen pictórica y la imagen publicitaria. En la segunda parte, las imágenes secuenciales: el comic, el montaje audiovisual y el diaporama.
Todas ellas se analizan desde la perspectiva de sus aplicaciones pedagógicas.
Hay que aprender la imagen más que por la imagen, está comprobado que en todos los niveles escolares teoría y práctica se hallan unidas para desarrollar en el alumno unas potencialidades hasta ahora insospechadas.
En una sociedad dominada por el mundo de la imagen desde los más diversos soportes tecnológicos, los signos de comunicación escrita se van transformando en instrumentos de comunicación gráfica.
Las imágenes tienen un lenguaje, transmiten mensajes, configuran nuestra cultura, la sociedad y los valores que la sostienen. ¿Conocemos su naturaleza, los mecanismos de significación, sus funcionamientos y sus posibilidades?
Los alumnos de hoy antes que aprender a leer o escribir, aprenden a ver imágenes, o mejor dicho, están habituados a verlas y consumirlas. ¿Disponemos de una investigación suficiente para conocer el fenómeno de la imagen como instrumento pedagógico que desarrolla una didáctica particular?
Sólo el uso de este lenguaje y la comprensión de su poder comunicativo nos darán la agilidad psicológica para enfrentarnos críticamente a los modelos y valores que nos vienen propuestos. No existe capacidad crítica cuando se carece de códigos para plantear soluciones distintas o se es mero consumidor de mensajes elaborados.
De lo dicho se desprende la necesidad de capacitar a nuestros alumnos, futuros maestros, en el dominio de este lenguaje.
Los futuros maestros han de ser conscientes de la importancia que tienen las imágenes como medio didáctico y como lenguaje específico eficaz para comunicar información. Llegamos así a la necesidad de defender la alfabetización visual. El lenguaje icónico ha de ser enseñado y aprendido en los centros donde se forman los futuros maestros. Desde el conocimiento de este lenguaje y el desarrollo de estrategias de intervención o destrezas de aplicación práctica, capacitaremos a los futuros maestros para estos eduquen y preparen a sus alumnos en una sociedad tecnológica.

DESCRIPCIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE II


La práctica Docente II realizada por el grupo, la desenvolvimos en 10 sesiones de aprendizajes. Cada sesión con una duración de 2 horas pedagógicas.
Los temas asignados fueron los siguientes:
1. El Adverbio. Clasificación general
2. El Sustantivo. Clasificación
3. La Imagen. Definición. Clasificación
4. La Preposición. Importancia y reconocimiento
5. La Exposición. Clasificación
6. Oraciones incompletas
7. Analogías. Clasificación
8. Término Excluido
9. El Debate
10. Plan de Redacción
Teniendo como base al documento “MANUAL PARA PADRES” publicado por el Ministerio de Educación del Perú , con respecto al área de COMUNICACIÓN en el nivel secundario, plantea lo siguiente: Que los alumnos aprenden cuando desarrollan capacidades y/o habilidades comunicativas esenciales (pensar. razonar, reflexionar, criticar, cuestionar, etc.) que les permitan desenvolverse con firmeza, autonomía, seguridad, libertad, etc., lo cual definirá la afirmación de la personalidad del alumno, expresado en valores, actitudes, etc., así como su desenvolvimiento tras los muros de la escuela, en la que tendrá que lidiar por sí mismo, con la realidad y los problemas que de ella emanen.
Al comparar este planteamiento de lo que realmente debe lograr el desarrollo del curso de COMUNICACIÓN, con el listado de las sesiones de aprendizaje que hemos desarrollado en las prácticas pre – profesionales; llegamos a la conclusión, que los temas desarrollados en general son estrictamente de gramática tradicional, lo cual conlleva a afirmar que no se está cumpliendo con los objetivos del área de comunicación, ya que se trabajan como temas estrictamente normativos y desligados de la realidad. La realidad nos exige más bien concebirlo como temas que formen parte del entorno comunicativo aplicable a nuestra vida cotidiana de la realidad peruana.
Consideramos que no hay concordancia y que se expresa desajustes entre los temas desarrollados en el colegio con lo que respecta al planteamiento del “Manual para Padres”, ya que se está cayendo en conceptos desfasados como es el estudio de la gramática del castellano, por lo que se contrapone con lo que debería ser, que es la aplicación de la concepción actual de los nuevos conceptos referidos al proceso de enseñanza–aprendizaje. Es decir, es necesario que se tomen las medidas adecuadas como el de reorganizar las prácticas pre – profesionales para que los futuros colegas puedan cumplir con las demandas y exigencias de los nuevos tiempos que vivimos.
Sobre esta base podemos afirmar que las sesiones de aprendizajes desarrolladas en la práctica docente en relación con el tema de La Didáctica de la Imagen son incongruentes y no se cumple a cabalidad, ya que como reiteramos más se centra en la gramática tradicional y se complementa con razonamiento verbal, dando un mínimo de cobertura a los temas de COMUNICACIÓN. Por lo tanto, no se permite utilizar, desarrollar y potenciar la semiología de la imagen. Y esto no es casual porque este tema guarda relación con la necesidad perentoria de generar alumnos reflexivos, críticos, pensantes y operantes que analicen, cuestionen su realidad y que no solo queden ahí sino que se atrevan a dar soluciones a los problemas y dificultades que se les presentasen.

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